Este proyecto se materializa en lo que he decidido llamar un "objeto
amorfo". Es un objeto en cuanto a que los datos, conocimiento e intenciones recopiladas a lo largo del proyecto, se han
materializado en un objeto medianamente tangible. Es amorfo por su
indefinición formal, programática y matérica.
Un video "comienza" este proceso; entrecomillo "comienza" al
entender que el proyecto ineludiblemente tiene origen en el bagaje
cultural y emocional acumulado, como cualquier proceso creativo. Este video, más representativo que propositivo, expresa concetos que parten
de la visión propia de la ciudad: la colonización del medio como
parasitaje; como agentes de la entropía en la que se sume el universo, a
la vez que fluctuaciones en ese proceso, la ciudad como una entidad
antinatural y bella en su propósito (personaje grotesco danzando) que se
alimenta continuamente del conflicto como combustible de una continua
mutación.
Posteriormente, un segundo video muestra una clara transición de la
representación a la acción, mediante la performance en la ciudad. El
ciudadano hace su vida en el espacio público reclamado parcialmente para
sí. Con carácter efímero, se establece en una vivienda que presenta
físicamente dos niveles de privacidad; el que establecen los límites
definidos de los muros dibujados a tiza y el de los límites psicológicos
que establece el mobiliario y el propio habitante a su alrededor. Los
usuarios de la plaza interactúan con estos límites de forma dispar,
respetándolos en mayor o menor medida, incluso haciéndo caso omiso de
los dos primeros, pero jamás acercándose al habitante; la propia
actividad que desempeña es la que demilita su espacio privado. Asimismo,
la propia grabación del espacio público consiste en un análisis del uso
de la plaza, en el cual se profundiza en un diagrama correspondiente a
la Plaza 25 de Mayo.
Este diagrama muestra el área de actuación de distintos grupos a lo
largo de una tarde, con las actividades que desempeñan. Al mismo tiempo,
se presenta la decisión de incluir la problemática social a la que el
arquitecto es sensible, focalizándola en la vivienda como bien
inalcanzable por un sector de la población en constante aumento; el de
los embargados hipotecarios. Esto lleva a un planteamiento político del
proyecto, planteando acciones políticas y sociales a modo de denuncia,
como es la creación de un catálogo de plazas y espacios públicos que se
anima a ocupar, en el que se fichan sus características. Esta propuesta
política, en todo caso, se mantiene al margen de la propuesta
arquitectónica, desviándose así del propósito deseable, entendiendo como
tal la utilización de los medios propios del arquitecto como son el
lenguaje visual, la forma, la tectónica, el programa, etc. para, en
algún modo, construir la realidad desde la propuesta personal.
A partir de ese momento, la propuesta pasa por la detección de la
mása crítica. El campo de actuación es la ciudad de Alicante, y el lugar
escogido tiene en cuenta, entre otros factores, el poder adquisitivo,
la relación entre la densidad de población y el espacio público
utilizado, diferenciándolo del infrautilizado, al que denominaremos
"espacio libre". Así pues, la masa crítica se concentra en los espacios
públicos de las zonas donde estas características demuestran un
resultado negativo en la forma de vivir en la ciudad, y se decide tomar
estos lugares y actuar en ellos mediante una propuesta que nace a partes
iguales de la intuición y las decisiones racionales.
La inclusión de estructuras que forman terrazas a distinto nivel
sobre el suelo pretende multiplicar el espacio tanto en cantidad como en
tipo de uso, siendo este preminentemente mixto entre público y
semiprivado, especificando semiprivado como vivienda social, creando
espacios similares al patio comunal que relacionan estas estructuras con
los edificios preexistentes, a la vez que amplian el zócalo a distintos
niveles de altura. Estas estructuras tienen capacidad de ser
modificadas en forma y volumen, atendiendo a la dimensión temporal de
las necesidades que la arquitectura ha de albergar, variando así
principalmente el programa y la materialidad, los cuales se definen
como, valga la redundancia, indefinidos en este proyecto. Todo ello
atendiendo a dos factores los cuales considera primordiales el
proyectista; el económico y el social, entendiendo como positiva la
posibilidad de variación formal y programática, además de la
multiplicación y densificación del uso urbano, lo cual conduce a unas
situaciones que resultan en la búsqueda de la sostenibilidad del
proyecto en sus dimensiones económica y social.
José Luis Carratalá Rico. 29/05/2012. Alicante
JLCR
lunes, 28 de mayo de 2012
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jueves, 29 de marzo de 2012
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3_02_2012_Serra Grossa
Maqueta de la actuación en la Serra Grossa de las vías del Tram y la prolongación del paseo marítimo, se puede visitar en la estación TRAM Mercado Central
Túnel subterráneo hacia la playa de la Albufereta
Estado de las obras en julio 2011 en la zona de los depósitos
Artículo en la revista "on diseño"
Reseña de la revista "a+t"
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